top of page

En el Horno...

Nadie sino tu nos has metido en este horno de fuego, a cada momento la temperatura parece arder más fuerte, derrite nuestra carne, traspasa nuestros huesos y enciende nuestro corazón...


Oigo el crujir mientras todo se deshace entre las llamas, lo que parecía firme y fuerte no lo es más, se hace evidente nuestra fragilidad, nos quebramos por dentro intentando que nadie más lo note, se escucha nuestro corazón al ser comprimido, lo que parecía seguro no lo es más, no nos queda más que esperar...


Esperamos y tratamos de tener paciencia, nos convencemos a nosotros mismos que esto no durará, pero levantamos la mirada y el panorama se vislumbra desolador, no hay puertas de escape, no hay salida fácil, huir no es opción, solo resistir...


Tú nos estás haciendo arder, y nos confundimos en anhelar que este momento pase pensando que no tiene sentido, contamos los días intentando que transcurran cada vez más rápido como si este tiempo en el horno no tuviera propósito, ponemos nuestra vista en el futuro olvidando que es el presente lo que tenemos y lo que importa hoy...


Mientras la temperatura aumenta, poco a poco van saliendo a flote las impurezas, primero las más notorias y con el paso del tiempo aquellas que están arraigadas a lo más profundo de lo que somos, aquellas que ni siquiera sabíamos que estaban ahí... El fuego revela aquello que permanece y consume todo lo demás, lo que será quemado como simple hierba...


El fuego transforma, algunos se desmoronan, otros se endurecen y unos cuantos desprenden un bello aroma, como el café recién tostado... el fuego prueba de lo que estamos hechos, nos destruye o nos hace arder...


No podemos fingir demasiado tiempo, lo sabemos, a cada instante notamos que saldrá a la luz lo que llevamos dentro, ¿explotaremos?, ¿nos desmoronaremos?, ¿podremos resistir?... este fuego nos está llevando al límite, a la línea entre lo que somos y lo que deberíamos ser.


Pero no te equivoques, así como el diamante se forma a cientos de grados de temperatura y kilos de presión, el propósito de la prueba no es destruirnos, sino formar el diamante que llevamos dentro.


Lo que nos está haciendo falta no lo hallaremos en nosotros mismos, si al descubrirnos impotentes volteamos la mirada, nos daremos cuenta que no estamos solos; dejemos de correr y bajemos la velocidad, los distractores solo empañan la realidad, miremos dentro, lo que nos hace falta; busquemos la ayuda que solo puede venir de lo alto, tomemos la mano que esta extendida hacia nosotros, rindámonos a Él...



5 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page