¿Quien eres? Creí conocerte, pero ahora me hallo frente a una realidad más grande; Creí conocerte, pero hoy lo que tengo y lo que sé no son suficientes; Creí conocerte, y comencé a dar por hecho, a subestimarnos a ti y a mi; Creí conocerte, pero hoy me encuentro frente a un enorme océano cuya profundidad me sobrepasa y al mismo tiempo me sobrecoge, porque lo que creí conocer es tan poco comparado con esta inmensidad que tengo frente...
¿Quien eres? Es la pregunta lógica y absurda a la vez, ¿no ya te había conocida muchos años atrás?, ¿acaso puedes conocer a alguien a quien ya has conocido?... ¿Quien eres? La pregunta se hace más contundente a medida que el tiempo pasa, a medida que entiendo que mi propia historia es parte de una historia mayor, que soy una pieza del rompecabezas, pero que esto, no se trata de mi....
En medio de estos tiempos extraños, diferentes, con muchas preguntas y aparentemente pocas respuestas, mi corazón corre tratando de hallar sentido, me hago consciente de mi existencia y, cómo si un hilo se jalara, algo se mueve dentro y me hace levantar la mirada, más allá de mi seguridad o mi comodidad... Me despierta, me hace consciente, me sacude.
Pareciera que algo nos impulsa a tomar la perspectiva correcta y mientras más lo contemplo, más me doy cuenta de lo pequeña que soy, y mientras más conozco, más me doy cuenta de lo poco que se...
Dios nos sacude para despertarnos de nuestro sueño, para hacernos saber qué hay algo más, más allá de nuestra propia historia, y no es que esta no tenga importancia, todo lo contrario, tiene un papel importante dentro de la historia mayor...
Estos tiempos exigen una mirada nueva a eso que ya conocemos, y, claro, una revelación distinta, necesitamos desarraigar las viejas formas, renovar nuestra fe y adentrarnos en lo profundo...
Necesitamos aquello que siempre está disponible, como el Maná de cada día, necesitamos un toque de su gracia!!!!
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