Pues así como lo ven, me alcanzaron las 40 primaveras.
Me llegó la celebración muy reflexiva... cuarenta es una edad a la que uno se enfrenta de manera diferente que a las anteriores, se tiene que tomar un poco de aire y retomar la perspectiva...
Para muchos es la edad en la que "dejas de cumplir", se dice que es la edad en la que el cuerpo reclama el maltrato anterior, es el inicio de las canas, de las arrugas y de algunas otras cosas no muy agradables... ¿Qué les puedo decir? Muchos de esos mitos, son ciertos... ¡Pero no todos!.
Estoy de manteles largos, contenta de encontrarme en esta etapa de la vida y de poder celebrarlo. Es como si me detuviera a la mitad del camino y observara hacia atrás, cada pequeño paso me ha conducido hasta aquí... Pero levanto mi vista hacia el frente y todo pareciera estar cambiando, como si me situara justo a la mitad de dos cosas distintas...
Es un momento decisivo, de cambios y cosas nuevas, de despertares y de revelación, de poner en práctica y de luchar por la congruencia... De caminar en la fe de saber que jamás me he encontrado sola, imagino un tiempo de conquista, de pelea y de victoria...
Y como siempre...
¡Tomada de SU mano!.